Si somos amantes de la navegación, debemos tener en cuenta que el antifouling es un cuidado anual que no debe faltar en el casco de nuetra embarcación.
El ‘antifouling’ es, la aplicación de una pintura antiincrustante para los cascos de las embarcaciones cuyo objetivo es el de impedir el crecimiento y la proliferación de los organismos vivos marinos que se adhieren a el,estos microorganismos, con el paso del tiempo, pueden comprometer gravemente el rendimiento de la nave y ocasionar graves daños en los componentes y los materiales sumergidos bajo el agua.
Ejemplo de estos microorganismos son los percebes, las algas y los ‘shipworms’, los cuales impiden que puedan maniobrar correctamente, sobre todo, en el caso de aquellos que utilizan el viento como parte de su sistema de propulsión. Especialmente perligrosos son cuando se asientan en las quillas, los timones y las hélices.
¿Cuáles son los beneficios?
- Actúa como una barrera contra la corrosión en cascos metálicos.
- Mejora el flujo de agua alrededor del casco y, por lo tanto, la velocidad y el rendimiento general de los barcos.
- Evita un mayor consumo de combustible y costes por daños a las hélices, bloqueo de las entradas y salidas de agua del motor y daños a la superficie del casco, por el crecimiento marino en el casco.
¿ Qué antifouling elegir?
Aunque no parezca muy evidente la elección del antifouling para nuestra embarcación depende de varios factores externos, tales como la temperatura del agua, la salinidad, las corrientes marinas, el tipo de navegación y otros aspectos que podrían sorprendernos.
Desde el 1 de enero de 2003 está prohibido que las pinturas antifouling contengan estaño, plomo, cobre o cualquier elemento contaminante según la IMO (Organización Marítima Internacional) a la que pertenecen los países de la Unión Europea, además de otros países como Japón, EEUU, Canadá, Australia o Nueva Zelanda. Por esta razón, las pinturas han perdido parte de su efectividad pero se ha ganado en la conservación del medio ambiente.
En la actualidad estas pinturas contienen sustancias biocidas, menos contaminantes, que impiden que los organismos, animales y vegetales, se instalen en la obra viva. Al entrar en contacto con el agua se liberan estas sustancias formando un halo protector en todo el perímetro de la embarcación. La principal diferencia entre los distintos tipos de antifouling radica en la forma de liberar esta carga tóxica.
¿ Cómo y cuando aplicarlo?
Desde el momento que un barco es sacado a tierra para el tratamiento, se recomienda lavar a fondo con agua a presión, para eliminar cualquier ensuciamiento existente, ya que si se deja secar se convierte o requiere mucho más tiempo para eliminar las incrustaciones existentes.
La aplicación del antifouling es un trabajo meticuloso y que necesita de mucha dedicación. Lo primero que hay que hacer es lijar el casco y retirar los microorganismos adheridos, utilizando gafas protectoras y una máscara para boca y nariz, ya que estaremos eliminando una pintura que es biocida. Después de haber lijado la superficie del casco, primero hay que limpiarla con una hidrolimpiadora, para estar seguros de retirar todo el polvo, y luego enmasillarla, o sea cubrir las grietas o los agujeros, y lijar de nuevo manualmente. Por último, hay que aplicar la pintura de manera uniforme a toda la embarcación, asegurándose de seguir las indicaciones del fabricante sobre el tiempo entre la aplicación entre capa y capa.
La frecuencia la aplicación del antifouling depende del tipo de barco, del uso que hacemos de la embarcación, del tipo de aguas en las que navega, y también del tiempo en que se mantiene a flote. Normalmente, se recomienda aplicar dos capas de antifouling antes de que empiece la temporada, para mantener el casco protegido hasta el otoño, sobre todo si navegamos en aguas más cálidas o zonas más sucias, donde es más fácil que el limo se deposite en menor tiempo. Si tenemos el barco a flote en zonas más frías, una capa puede ser suficiente para proteger el barco.