La mejor manera de prevenir los posibles problemas que puede tener un barco es haciendo un correcto mantenimiento. Al empezar el otoño y el invierno, muchos navegantes deciden cerrar la temporada de navegación durante unos meses, entonces es la ocasión ideal para hacer a nuestra embarcación el mantenimiento que se merece. El cuidado y la puesta a punto de nuestro barco son imprescindibles para nuestra seguridad y disfrute cuando llegue la época estival.
Muchos expertos afirman que lo mejor es sacar la embarcación del agua una vez al año como mínimo para hacer un buen repaso del casco y reparar los elementos que lo necesiten. La varada en seco nos permitirá limpiar a fondo el casco de la embarcación eliminando las incrustaciones y algas acumuladas bajo la línea de flotación y, que si no son sacadas a tiempo dejando que se acumulen, luego serán mucho más difícil de eliminar. Limpiar y pintar los fondos nos permitirá una mejor navegación y un importante ahorro de combustible.
No solo es recomendable hacer un chequeo general de casco y cubierta, sino que también se tendría que hacer comprobaciones de otras partes del barco como el motor, realizando los cambios de aceite necesarios, filtros, impulsor de la bomba de refrigeración, correas, etc.
En nuestra revisión anual no hay que olvidar baterías, cadena del ancla, candeleros, escotillas y portillos
Muy importante también mirar en que estado están los componentes de la seguridad como la balsa, chalecos, pirotecnia, etc.
Si estamos hablando de un velero hay que repasar las velas, el estado de la jarcia, escotas, drizas, etc.
Una vez hecho el mantenimiento, llega el momento de guardar el barco. Para ello hay que tomar una decisión: ¿lo guardo en tierra o en el agua?
- En tierra: Si el barco está hecho con fibra de vidrio o de hierro, o hablamos de semirrígidas, es muy recomendable guardarlo fuera del agua. Una buena opción que también podemos considerar en caso de embarcaciones de menos de 10 metros son las Marinas Secas, un lugar donde se puede guardar la embarcación a seco y a cubierto, protegida de las inclemencias del tiempo, pero disponible para navegar durante todo el año.
- En mar: Si el casco del barco está hecho de madera, la mejor opción es dejarlo en el agua, ya que si se saca del mar la madera puede agrietarse y deteriorarse más rápidamente.