El riesgo que comporta la navegación con niebla es enorme y para evitar accidentes se recurre a instrumentos como el radar, que localiza obstáculos (otros barcos, costas, etc.). Es importante estudiar la zona por la que se navega para tener una visión global de las maniobras. En cualquier caso, la vigilancia (visual y auditiva) debe ser siempre constante (Regla 5 del RIPA). Una opción puede ser fondear hasta que pase la niebla, pero si se decide navegar, se debe hacer uso de las señales fónicas descritas en la Regla 19 del RIPA. Siempre que se decida a navegar en condiciones de visibilidad reducida, se mantendrá en todo momento una velocidad de seguridad que permita maniobrar la embarcación en caso de riesgo de abordaje (Regla 6 del RIPA).
El objeto más importante que se tiene que tener en cuenta en el momento de navegar con una baja visibilidad es el reflector de radar; es un objeto metálico poliédrico colocado en un logar elevado (palo, cable, etc.) cuya función es la de reflejar las ondas de emisión de radar para dar información sobre nuestra posición a otras embarcaciones. Las caras de este cuerpo actúan como espejos y reflejan las señales.
También se debe evitar el tráfico marítimo cuando se encuentre en una situación de baja visibilidad, ya que existen muchas zonas en las que la navegación se ve entorpecida por la densidad de barcos, por ejemplo en las desembocaduras de ríos, pasos estrechos, canales, zonas de separación de tráfico, zonas de actividad pesquera, etc. Por lo tanto, mientras se navegue por ellas, la vigilancia será constante, la velocidad se regulará y e tendrán claras las preferencias de paso para evitar posibles accidentes. Las maniobras se señalizarán con suficiente antelación y deberán ser claras y concisas.