Conoce las claves para afrontar una travesía en condiciones meteorológicas adversas.
Iniciamos la travesía con total normalidad. Hemos repasado todos los elementos de nuestra checklist antes de zarpar y contamos con las provisiones necesarias para nuestros días de travesía. Cuando llevamos unas horas navegando, un temporal se acerca… Un temporal con el que no contábamos. ¿Qué debemos hacer? Hoy te damos 6 consejos básicos para afrontar la navegación ante condiciones meteorológicas adversas.
- Adelantarse a lo que pueda suceder. Revisa los partes meteorológicos antes de zarpar.
En primer lugar, es imprescindible revisar los partes meteorológicos con tres días de antelación, para saber con qué tiempo nos vamos a encontrar en nuestra ruta. También debemos revisarlos justo antes de partir -incluso durante la propia travesía-. Si, a pesar de haber examinado los partes de forma continua, ninguno de ellos ha previsto el temporal que ahora nos acecha, tendremos que estar preparados. Te contamos qué debes hacer.
- Tener a mano los chalecos, los arneses y la radiobaliza. Además, hay que asegurarse de que las líneas de vida están correctamente colocadas.
Si eres capaz de adelantarte a la llegada del mal tiempo, sería perfecto que todos los elementos de salvamento y seguridad a bordo estén controlados, chalecos y arneses puestos y toda la tripulación con conocimiento de cómo actuar en caso de emergencia. Además, es muy importante asegurarse de que las líneas de vida están correctamente colocadas.
Una vez las olas hacen la navegación más que incómoda, es difícil entrar en el barco para coger cualquier cosa que pudieras necesitar. Incluso algo de comer y de beber a mano es siempre de agradecer. Asimismo, en pleno verano y con buena temperatura los rociones de las olas y el fuerte viento te dejarán helado antes de lo que crees, así que sal a cubierta siempre abrigado. Los grifos de fondo mejor cerrarlos antes de que el mar dificulte nuestros movimientos dentro del barco.
- Colocar cada objeto en el lugar adecuado: la estiba.
El orden a bordo es siempre importante. Si cada cosa está en su lugar, será más fácil acceder a ella. Unas olas pueden provocar que el barco se escore de babor a estribor sin control haciendo que todo acabe por el suelo.
- Decidir si correr el temporal o capearlo.
En función de las características de tu barco, la dirección de la tormenta y la cercanía de un puerto de abrigo (que ya habrás buscado durante la planificación de la travesía), hay que decidir si enfrentarse al mar o correr con él. Si te enfrentas a él, si decides capear el temporal, deberás ofrecer la proa a las olas. Asimismo, para reducir la intensidad de los pantocazos es mejor no navegar perpendicular a ellas sino ofreciendo la amura. Y, si por el contrario decides correr el temporal, el barco será más controlable si en lugar de por popa, las olas llegan un poco por la aleta. En esta situación, la velocidad puede aumentar demasiado y habrá que tratar de reducirla largando cabos por popa para tener un poco más de control sobre el barco. Disminuyendo la velocidad se busca mayor control. Cualquiera que sea la decisión que tomes es importante usar el motor y un poco de vela si la intensidad de viento lo permite.
- Actuar con responsabilidad.
Es muy importante que el patrón/a del barco, que conoce el barco y está a cargo de su seguridad y la de los tripulantes, mantenga la calma y tome decisiones correctas y con criterio. Los nervios a bordo sólo pueden empeorar una situación ya de por sí complicada.
- Prevenir los mareos.
Una persona mareada a bordo pierde la capacidad de actuar, así que para ello existen remedios que amortiguan los mareos y medicamentos que ayudan a eliminarlos. Es importante que los tripulantes puedan echar una mano en caso de necesidad.
IMPORTANTE: los barcos de motor y de vela de esloras similares no capean el temporal igual. Un barco de motor nos da la posibilidad de salir de una situación a mayor velocidad, sin embargo, una vez metidos en una situación comprometida, un barco de vela se comportará mejor con mal tiempo.